CASTING KATERINA PETROVA

Desperté. No podía creer que era lo que estaba sucediendo. Al fin se había acabado la pesadilla. Una gran sonrisa se iluminó en mi rostro tras la felicidad que sentía en ese momento. El infierno había llegado a su fin ya, y yo ya había recuperado mi vida. Cerrar los ojos fue un poco duro ya que cada vez que lo hacía recordaba ese horrible momento que me había tocado vivir durante... ya ni siquiera recuerdo cuantos días tuve que vivir ese doloroso momento. Mi familia, mis padres. Una punzada atravesó mi pecho mientras los recuerdos, aún vividos, pasaban por mi mente. Mi sonrisa se desvaneció nuevamente y mis ganas de venganza no dejaban de emerger de todo mi cuerpo. Tomé un aliento y me puse de pie. Miré alrededor y me di cuenta que no reconocía el lugar. No tenía fuerzas para caminar, pero mi determinación era mas fuerte que cualquier otra cosa. me apoyé para darme un rápido empujón y empezar a caminar. Miraba alrededor y no lograba reconocer absolutamente nada hasta que de pronto unas luces grandes y fuertes pegaron en mis ojos directamente. Las seguí hasta toparme con una carretera. -Es un carro, estoy de vuelta en casa, en la actualidad.- Mi cabeza daba vueltas pero no me importaba ni un poco ante la hermosa realidad. Otro carro pasó a gran velocidad. Me paré frente a el esperando a que frenara y con suerte, así fue.
-Donde estoy?- pregunte al acercarme a la ventana del conductor.- Tengo sed, estoy perdida. Podría ayudarme?- Tanto tiempo había actuado como Elena Gilbert que eso de fingir amabilidad se me había hecho realmente fácil. Salté rapidamente a la puerta del copiloto y me metí hasta antes que el mismo pudiese responder. Para mi buena suerte el cartel de entrada a Mystic Falls estaba en frente. -La bestia ha vuelto.- pense mientras una risilla salió de mi. Pude sentir como me miraba aquel hombre que conducía el carro.- Sigue conduciendo.- Le dije ariscamente. Ya no me importaba ser amable. Aquí tenía todo lo que quería y más. Al fin estaba en casa. Al atravesar la delgada linea que dividía mi paradero con Mystic Falls sentí una extraña sensación en el cuerpo. Cómo si mi magia se desvaneciera poco a poco, pero en ese momento no me importo tras reconocer una calle que cruzaba a mi destino. -Aquí me quedo.- le dije al conductor mientras abría la puerta mostrandole que debía frenar. Este era el camino que conocía como la palma de mi mano. La casa Salvatore estaría muy cerca y yo esperaba ver a uno de los hermanos. Uno de ellos en especifico, Stefan. Quien no había podido salir de mi mente, lo único que me había mantenido cuerda durante toda mi estadía en mi infierno personal. Al llegar respiré profundamente antes de dar el último paso  en el pórtico de los hermanos. Toque la puerta y espere hasta que alguien abriera.