New Beggining{Damon}

Todo había vuelto a dar un giro de ciento ochenta grados. Ahora había vuelto el monstruoso hermano de Stefan, Damon, y trataban de hacerme creer que yo no lo veía de esa manera, que yo había hecho que Alaric me compulsionara y borrara de mi mente todos los recuerdos buenos que había tenido junto a él alguna vez. Lo peor había sido que entre mis cosas, había encontrado una caja precintada la cual ahora me arrepentía de haber abierto. En ella había un diario, y en él unas fotos junto a Damon estaban de marcapáginas, lo peor es que parecíamos ambos estar felices, y las cosas que ponían el el diario no eran nada malas. Pero yo ahora tenía otra vida, no recordaba nada de lo que había leído y era feliz. No necesitaba a Damon a mi lado  y tampoco es que lo echase de menos. Stefan me había dicho que por favor, al menos aceptase el verlo puesto que para Damon era algo importante. La verdad es que yo estaba nerviosa y algo asustada, puesto que los recuerdos que sí albergaba de Damon no eran demasiado buenos. Él había roto el cuello a mi hermano y ahora quería aparecerse delante mío y que así sin más le correspondiera... Claro, estaba como un cencerro sin lugar a dudas.

La idea me disgustaba, pero si era lo que él quería, trataría de dejarle las cosas claras de la manera más educada posible. Trataría de ser paciente y ¿en serio se podía ser paciente con Damon? Si es un sádico...
Ahora me hallaba yo en mi habitación, con lo que parecía ser una camiseta suya negra encima de mi cama, caminando de un lado al otro. Sí, la hora acorde de nuestra cita se había hecho demasiado deprisa, y yo estaba muy nerviosa. No me gustaba nada esa idea. No sabía qué decirle, seguramente él estaría muy disgustado por lo que yo había hecho y no lo iba a entender con facilidad. Pero ¿qué otra cosa podía hacer? Ni siquiera me acordaba de el por qué. Supuestamente es porque le amaba demasiado y estaba muy afectada y dolida por su pérdida. O dios mío, iba a acabar volviéndome loca. Yo ¿con Damon? ¿En serio? Todavía no me lo podía creer.

-Vamos Elena, respira hondo, cálmate, tendréis una conversación civilizada, él entenderá que tu nueva vida es lo que quieres ahora y que eres feliz. Y si de verdad te quiere lo entenderá y te dejará ir.-me dije a mí misma sentándome en el borde de la cama. Capté con mi oído vampírico el sonido de pasos cercanos a través de la puerta. Maldición, seguro era él que ya estaba viniendo. Me agarré una de las mangas y la comencé a estrujar y arrugar. Vamos Elena calma, calma...